Encontrando nuestro elemento

 

Según Sir Ken Robinson, experto inglés en educación, creatividad e innovación educativa, el objetivo de nuestra educación debería de ser «Encontrar nuestro elemento» es decir, aquello que nos realice, nos complete y nos haga mejores personas.

Parte de la idea de que cada persona, manifestada en cada inteligencia ( es decir, esa combinación única de pensamiento, estrategias, recursos, historia, …presente en cada cabeza de las millones del mundo), tiene tres características:

  1. No significa necesariamente desempeños académicos. Muchas personas se consideran poco inteligentes porque no obtienen las calificaciones que les gustaría en matemáticas y lengua. El sistema como tal no les enseña a valorar todos los territorios inexplotados de desempeños y habilidades que tienen, condenándolos así a dejar de ser creativos y espontáneos. Una nota no dice quienes somos.
  2. Es dinámica. Cambiamos y crecemos. Conocemos y avanzamos, aunque a veces parezca lo contrario. La escuela debería ayudarnos a explorar esos compartimentos secretos que están esperando manifestarse para mejorar nuestra vida y la de los demás. No dejemos que se queden anquilosados y estancos.
  3. Es ÚNICA. Y esto a veces hay que repetirlo taaaanto: es ÚNICA. No hay una persona como otra, y esto se cumple tanto o más, en los niños y niñas en edad escolar. No esperemos de una de ellas lo mismo que esperamos de otra, ni aún en el caso de que sean hermanos ( todos conocemos injusticias derivadas de esa odiosa comparación, ¿cuánto más de alumnos y alumnas que posiblemente lo único que comparten es el año de nacimiento? ) En un mundo globalizado como el actual, donde en las escuelas se juntan representantes de tantas partes del mundo, deberíamos tenerlo aún más presente y aprovechar esa diversidad para celebrar la unicidad.

Frente a esto, encontrar nuestro elemento es hallar el medio, el espacio de sentirnos plenos, de nadar libremente y saber que seremos valorados y valoradas como las personas únicas que somos….y esto es válido tanto para alumnos como para profesores. Si un maestro no  se siente único, si una profesora siente que lo que hace no se valora y se compara con…, no esperemos que las horas de vida que pasa dentro de un centro escolar sean todo lo especial y únicas que pueden ser. Y nos estamos perdiendo eso. Hay demasiado en juego para perderlo. La búsqueda de la creatividad y la valoración de la misma es un buen primer paso para fortalecer la floración de rincones de inteligencia habitualmente no reconocidos. El primer paso para sentirnos en nuestro elemento durante las largas horas que estamos en la escuela.

VIVELO!

Invita a tus alumnos a jugar con la imaginación, plantéales un problema cualquiera y motiva lluvias de ideas que posibiliten sacar sus habilidades fuera.  La semana pasada, en una clase de métodos de estudio, les dije a mis chicos: » si tuviéramos un presupuesto ilimitado y el permiso de hacer lo que quisiéramos ¿cómo cambiaríamos este aula?» Cuando terminé la pregunta, yo ya había pensado en muchísimas cosas locas: transformarla en una sala de rock, montar un gimnasio, prenderle fuego para ver cómo queda, pintarla de rojo y verde, cambiar las paredes a paredes de cristal para que quede como un cubo transparente, hacer un rocódromo, montar un bar…..yo qué sé ¿Y ellos? con cambiar las sillas y cambiar el color de las paredes no salieron. Eso me llenó de tristeza, porque si eso es lo que ha hecho la escuela con ellos, hay que cambiarlo.

Comparte con tus hijos y tus alumnos pequeños dilemas e invítales a proponer posibilidades de solución. Una vez, mi hija y algunos compañeros tenían que hacer un trabajo para la universidad y estaban en casa rompiéndose la cabeza, el objetivo era saber la opinión de la gente respecto a un tema: si entrevistas con formulario, si hacer un vídeo y subirlo a redes sociales, si contactar con organizaciones y concretar entrevistas….todas las soluciones que planteaban tenían un «pero». Llegó la hora de la cena y en la mesa seguían discutiendo qué hacer, hasta que el pequeño de mis hijos  soltó mirando su plato: ¿y por qué no salís a preguntar a la gente en la calle, directamente? Todos se miraron y se dieron cuenta que ésa, la solución más obvia, no se les había ocurrido y así lo hicieron.

Algunos artículos para empezar a explorar rincones ocultos de nuestra inteligencia y valorar nuestras ideas y experiencias:

http://elpais.com/elpais/2013/02/22/eps/1361546365_706335.html

http://justificaturespuesta.com/lluvia-de-ideas-ensenar-alumnos-ser-creativos/